“Las doce misteriosas puertas del Tantra"

Conoce los secretos de la conciencia

Normalmente cuando se suele escuchar la palabra "Tantra" la gente lo asocia a "¡Oh, sexo tántrico!!!", y con esta asociación, otras tantas la acompañan: "sexo sin tocarse", "sexo sin eyaculación" y hasta me ha llegado alguna vez la creencia de que se trata de "orgías". Lejos de estos conceptos entonces, de qué se trata el Tantra?
El Tantra es una antiquísima manera de vivir, en la que espíritu y materia se encuentran unidos, en la que el cuerpo y el alma conectan y en la que la plenitud espiritual se hace presente en lo que sea que se haga. Una manera de recuperar la naturalidad de lo cotidiano, (¿recuerdas la inocencia de cuando eras niño?) sin contaminaciones de la mente, sin racionalizaciones eternas en las que no se llega a ninguna parte, sin preocupaciones... Es la vida misma en un estado de profunda meditación, en la que el disfrute por lo inmediato se hace presente, porque convengamos que ese estar presentes es lo que nos conecta con las fuerzas vitales del universo.
Me imagino que te estarás preguntando cómo es que se logra esto, ¿verdad? -"¡Yo quiero! ¡yo quiero!"- ¡Perfecto! Porque en este artículo voy a ir introduciéndote a una de las mágicas dimensiones del Tantra y así iremos atravesando juntos (en cada número de esta revista) las doce puertas por las que podemos entrar y trascender la conciencia, como si de llegar a casa se tratase. 
Abramos la puerta del cuerpo:
Como ya sabemos, la mente nos lleva hacia lugares de confusión a veces incluso tan caóticos que perdemos la noción del tiempo y del espacio en el que nos encontramos. 
Un gran maestro llamado Richard Moss una vez me transmitió los cinco diferentes "ahoras" a los que se va la mente. 
  • Puede irse al futuro (ya sea dentro de cinco minutos, una semana, seis meses o veinte años); cualquier imagen que esté ubicada más allá de lo que está sucediendo ahora mismo en mi vida está en otro tiempo y es posible que me genere ansiedad o miedo. 
  • Así también, puede irse al pasado (a media hora antes de este momento, tres días, o diez años); en este sentido mi mente proyectará imágenes sensoriales sobre lo que recuerdo de alguna u otra situación y que eso me traiga sentimientos tales como culpa, arrepentimiento o melancolía por ejemplo.
Mientras esté en alguno de estos tiempos voy a estar completamente allí... Viviendo, oliendo, viendo y a veces hasta sintiendo como si estuviera allí, como si fuera real! 
  • Otro de los ahoras de los que hablaba mi maestro, es la definición del yo (yo soy así, yo soy asá... etc). Cuando nos ponemos en posturas fijas sobre cómo se supone que seamos resulta muy difícil ser amables con nosotros mismos y darnos la oportunidad de conocernos. 
  • El siguiente ahora es la definición del otro (el otro es así, es asá... etc). El problema radica en que nuestra percepción no puede captar la totalidad de lo que es realmente la otra persona, ya que no sólo nuestra percepción es limitada sino que tampoco conocemos a nadie totalmente, ni siquiera a nosotros mismos. ¡Estamos cambiando constantemente! 
  • Por último, el quinto ahora, es el ahora, "AHORA"!  El momento presente, crudo, tal y como se nos presenta. Tan simple como una caminata o la tarea de limpiar el hogar.
Como podemos ver, la mente se la pasa recorriendo estos tipos de "ahora" sin parar y es muy muy raro que nos centremos en el momento presente. ¿Y quién se mantiene en el momento presente mientras la mente gira por todos lados llenándonos de preocupaciones por cosas que aún no han sucedido, o por las que ya no podemos hacer nada? ¡Adivinaste! El cuerpo. Nuestro cuerpo permanece ahí, como esperando, paciente, a ver cuándo nos dignamos a despertar de la vorágine sin fin.
Si quieres trascender tu conciencia, puedes entrar a través de tu cuerpo. Una de las maneras para hacerlo puede ser cansándolo: saliendo a entrenar o a bailar o a hacer yoga... ¡Cualquier cosa que sacuda esos dolores, esas molestias físicas o emocionales que hacen que la mente intente resolver lo irresoluble!  
Meditación: 
Sutra de Shiva: “Deambula hasta que estés exhausto y entonces cayéndote en la tierra, en esta caída sé total”

Sal a entrenar frente al mar, puede ser ir a correr o nadar, hacer yoga o danzar sin parar. Cansa tu cuerpo a más no poder y trasciende lo que te diga tu mente ("no puedo más", "estoy cansado o cansada"... etc), y de pronto, así de repente, déjate caer al piso (sin lastimarte pero también sin pensar), y fusiónate en la respiración. Encuentra el centro de tu cuerpo y al mismo tiempo, fusiónate con todo lo que te rodea. Encuentra la eternidad. 

Acompañame en los siguientes números de esta revista para abrir cada una de las puertas del Tantra. Hasta la próxima, amigos!  

Romina Madrid 
Tantra Master & Healer
www.rominamadrid.com.ar


Artículo publicado en La Revista de Güemes - Playa Grande.

Edición N°118. Febrero/ Marzo ´20

Agradecimiento muy especial a Pablo Martín Zamora por su gran corazón.