El arte de percibirme en el momento presente
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A mi entender, la
única manera de disfrutar del sexo completamente es estar presentes en nuestro
cuerpo. Y es ahí cuando las infinitas puertas de la conciencia se abren. Experiencias
que nunca hubiéramos imaginado aparecen ante nosotros de manera que casi no
podemos encontrar palabras para describirlo.” ¿Qué es esto nuevo que siento? ¿Qué
es esa luz, esa vibración, esa expansión?”. Pero por otro lado, muchas veces ciertos
pensamientos aparecen para molestarnos: “¿lo estoy haciendo bien?; ¿me veo
fe@?; esto no es lo que sentí en aquel momento, con aquella persona…” Así, al
empezar a juzgar nuestra experiencia perdemos de vista el momento presente, el
encuentro con la otra persona. Te preguntarás por qué ocurre esto, y la verdad
es que hay muchas razones, a continuación menciono sólo algunas:
- Una de ellas es que en nuestra mente llevamos muchísimos mandatos culturales sobre cómo el sexo debería ser, y por lo tanto rechazamos aquellas experiencias que no encajan en nuestra idea de lo cómo debería ser.
- Otra de las razones puede ser que estamos “atascados” en el pasado, tal vez con alguna experiencia sexual que tuvimos sea placentera o dolorosa y estamos queriendo o no que tal experiencia se repita.
- Otras veces un dolor físico-emocional se esconde en nuestro cuerpo y cuando esa parte se “activa” miles de pensamientos se disparan para sacarnos del momento doloroso con el que nos hemos topado.
- Otra puede ser nuestra falta de atención, tal vez porque tenemos demasiadas preocupaciones en la cabeza.
Si presenciamos el momento presente con todos nuestros sentidos
nos daremos cuenta de que son muchas las veces que estamos FORZANDO situaciones
que en realidad van en otra dirección. Y esto ocurre mucho en el sexo cuando se
lo toma como una performance, como
una muestra, como un acto en el que se pone en juego quienes somos. Como si en ese
acto ALGUIEN (sólo en nuestra mente) nos estuviera tomando un examen en el que
podemos ser aprobados o reprobados. Pero esto, amigos míos, es olvidarnos
completamente de nosotros mismos. ¿A dónde estamos realmente y con quién? ¿Cuándo
estamos en el cuerpo y cuándo en la mente? EL SEXO PUEDE LLEGAR A SER PURO DISFRUTE. Y si te das
cuenta de que no te está resultando así, deténte un momento. Hazle saber a tu compañer@
lo que te sucede. Puede que no te comprenda pero al menos ya no tienes que hacer algo que tu cuerpo no desea. O también puede que sí te comprenda y que juntos terminen sacándole el peso a la situación. Quizás hasta la charla se convierta en risas, y quién sabe si hasta las risas puedan convertirse en sexo otra vez...
Ejercicio:
Cuando te pierdas en algún pensamiento vuelve al momento presente: dónde estoy, con quién estoy, que está pasando? Como recurso utiliza al máximo tus sentidos: el olfato, el gusto, el tacto, la vista y el oído. Recuerda: la mente puede viajar de fantasía en fantasía pero el cuerpo nunca puede irse a ningún lado que no sea el AHORA. Vuelve a tu cuerpo!
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