Geranios Rojos
La semana pasada armonicé a una señora que acaba de perder a su hija de 34 años (mi edad) debido a una infección que así de imprevisto como apareció, así de rápido se esparció por su cuerpo y la mató, dejando, a su vez, a un hijo de 15 y a una hija de 8.
La noche anterior a la armonización yo no podía dormir: la imagen de esta señora y una presencia probable actuaban insistentemente sobre la importancia de hacer esta armonización. Intenté con fuerza sacar eso de mi cabeza para descansar pero no lo logré.
Al día siguiente cuando entramos al cuarto en donde debía armonizarla, un paquete se cayó desde lo alto de un mueble. "Ya empezó", comenté. Y apenas nos sentamos, senti una presencia muy vívida al otro lado de la señora. Tuve la certeza de que se trataba de ella, su hija.
Si bien trabajo constantemente con el mundo Sutil (los que me conocen íntimamente saben que sólo lo utilizo para armonizar o para sanar a alguien y únicamente si cuento con el permiso de la persona en cuestión), no me gusta contactar con fallecidos, primero porque pienso que no me incumbe y segundo, porque considero que los vivos debemos dejar a estas almas seguir su curso de evolución hacia la fuente que mueve el Espíritu Universal y no aferrarlos a nosotros.
Sin embargo, este alma en particular fue muy insistente conmigo. A modo de malestar (como si me estuvieran, mmm no se... presionando continuamente la cabeza o la cara?) supe que quería que yo hiciera de intermediaria entre ella y su madre. Tan patente fue ésto, que si bien me resistí un buen rato (mi mente funciona de manera escéptica), en algún punto tuve que soltar mi ego (sobre lo que yo prefería o no hacer) y dejar que la información fluyera en mi.
No voy a decir mucho más pero estas palabras eran (sin saberlo yo de manera anticipada) exactamente aquello por lo cual esta madre no estaba alcanzando la paz interior. La madre tenía una pregunta cuya posibilidad de respuesta le perturbaba. Le preguntaba a su hija repetidamente "Porqué? Porqué?"; cuya clara y concisa respuesta fue: "Porque así es la naturaleza, no pude controlarlo".
En ese momento, el llanto explotó desde lo más profundo del corazón de la madre (quien temía que la perdida de su hija fuera un castigo designado para ella), desgarrador al mismo tiempo que SANADOR. Después de un rato, le pregunté qué sentía: "Alivio", me dijo, mientras se agarraba el pecho con ambas manos y llamaba con dolor a su hija "hijita, hijita mía". Cuánto dolor!. Estando a su lado, lo sentí como propio: mi dolor en el lugar de madre; el dolor de mi madre en su lugar; la compasión por otra madre. Aquel espíritu, presencia, alma, de pronto se volvió liviano, ligero, alegre, sonriente: se había salido con la suya y eso la hacía feliz (supongo que debe ser duro también para un alma de un fallecido no poder ser escuchado por su ser querido aún vivo).
Mas tarde, casi al finalizar la armonización, un montón de flores rojas con olor (específicamente con olor) vinieron a mi mente. Personalmente no conozco de plantas y definitivamente no conocía un lugar similar. Le estaba dando indicaciones para un pequeño ritual de amor, abundancia, protección y desapego, cuando le mencioné esta imagen que me aparecía. Me dijo que en el frente de su casa un montón de Geranios Rojos con olor se esparcían. Le dije "ahí tenes que hacer el ritual de desapego y ese lugar es el que siempre te conectará con ella".
En mi vida he ayudado a sanar a tantas personas que, realmente, he perdido la cuenta. Recuerdo haber acompañado y guiado hacia la muerte a dos personas. He percibido a gran cantidad de presencias desde muy pequeña; he hablado con otras tantas también. Así y todo, este hecho particular me cambió... completamente. Aún hoy sigo procesando profundamente esta experiencia que contiene tantos niveles.
A cada momento Te/Me recuerdo:
No des por sentado a ningún ser querido, no importa la edad que tenga. AGRADECE SU VIDA.
No te des por sentado a vos mismo. AGRADECE TU VIDA.
No dejes nada para decir mañana. Dilo todo ahora, dilo todo YA. Sea con palabras, con pensamientos, o con el corazón, pero DILO.
Perdona y pide perdón (más allá de quién tenga "razón"). EL PERDÓN TE DA LIBERTAD.
DALO TODO AHORA. Que no quede nada pendiente en caso de que de que desaparecieras.
SUELTA, deja fluir. La vida continúa luego de la muerte en otras formas. No querrás estar atascado en algún lugar, así como tampoco querrás tus seres queridos queden atascados.
COMPARTE. Recuerda lo que eres y tienes para aportarle al mundo, eso que te da amor y placer al compartir: a las generaciones venideras, al colectivo espiritual, o como quieras llamarlo.
Y mientras escribo estas líneas descubro el Significado de Geranio: alegría por poder pasar el tiempo con alguien; “Soy feliz de tenerte”. Y Geranio Rojo: "determinación".
Con amor, Romina Madrid.